Soy Ricardo ARMESTO tengo 53 años casado y tengo 4 hijos La perdida de la audición, en mi caso fue del iodo izquierdo, y se […]

Soy Ricardo ARMESTO tengo 53 años casado y tengo 4 hijos
La perdida de la audición, en mi caso fue del iodo izquierdo, y se supone que a los 9 años aproximadamente, la descubro a los 19 años, luego de pasar por varios especialistas, me dijeron que no había problema, pero que esté atento, viví así hasta los 40 años aproximadamente cuando empecé a notar que no entendía lo que me decían, concurro a un especialista, quien me receta audífono en el oído izquierdo, y varios estudios, me descubren otoesponguiosis, comienzo con un tratamiento, y al cabo de dos años, la disminución en la audición era tal que deciden implantarme fue así como llego al instituto ARAUZ, ya que vivo en MORTEROS provincia de Córdoba, y me trataba en Córdoba capital, en el instituto tengo una consulta con el Dr Luis ARAUZ, amigo del médico que me atendía en Córdoba, quien confirma el diagnóstico y programa el implante. Yo soy muy curioso, por ende empecé a investigar que era un implante y como se hacía, por la página de la Fundación leí todo lo que pude, experiencias de implantados, y vi operaciones que salen en la pagina, estuve un poco ansioso pero muy tranquilo, no veía lo hora que se hiciese realidad, las chicas de apoyo psicóloga, fonoaudiólogas, trataban de tranquilizarme, me explicaban que llevaría un tiempo de reeducación y que sería arduo, pero yo sabía eso solo estaba impaciente por el desafío que representaba el empezar a escuchar nuevamente del oído izquierdo, que llevaba 43 años sin escuchar. El día de la cirugía me interné a la hora indicada, con una contención por parte de las enfermeras y técnicos excelente, tan tranquilo estaba que cuando me vinieron a buscar para llevarme a la sala de operaciones, estaba dormido, me despertaron y fui más tranquilo que a lo del dentista, tenía plena confianza en el grupo que me atendía, me entregue a ellos por completo, desperté nuevamente en la pieza a la madrugada con nauseas, y una pequeña molestia tras la oreja, de unos pinchazos que me hicieron antes de la anestesia.
Transcurren 30 días del pos operatorio y viajo nuevamente a la Fundación , las chicas intentan bajarme el nivel de ansiedad que tenía, pero yo quería que enciendan el implante, así fue lo encienden y empieza el ajuste, en un primer momento todo resultaba extraño, los sonidos sonaban como de ultratumba, con sensación metálica, salgo a la calle y al contrario de lo que yo pensaba, los sonidos fuertes y estrepitosos no me molestaban, los distinguía, el inconveniente surge en la habitación del hotel en donde yo suponía estaría en absoluto silencio, seguía escuchando cosas de ultratumba, a la madrugada del día siguiente, me conecto y me quedo inmóvil en la habitación contigua del hotel, y ahí si empecé de a poco a diferenciar pequeños ruidos que nunca había escuchado, las hojas de un libro al palparla, el agua del tanque del hotel que entraba, el ascensor que se ponía en funcionamiento, la puerta que se habría, de paso a paso como me decían las chicas de la fundación, empecé a diferenciar todo, lo que me costó muchísimo fue la palabra, pero ya estaba avisado, me dijeron que no sería fácil, y así fue, hoy llevo 6 meses de implantado, y todavía me cuesta, pero como me dijeron, paso a paso, practico sacándome de tanto en tanto el audífono del oído derecho, escuchando algunas canciones que me gustan y vocalizan bien, gracias Jairo, y me animo a decir que si fuera necesario, podría estar con el implante solo, con respecto al relación con mis amigos y en el trabajo, cambió muchísimo, ya que sin temor me hago repetir, no porque sea sordo, sino porque no entendí, antes del implante, me hacia repetir y tampoco entendía, y así me quedaba, sin entender, cosa que te lleva a no intervenir en la conversación y ahilarte del grupo.
Creo que de más está decir que estoy chocho.